Tres atributos de la Iglesia en Tesalónica


“Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo. Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección”.

1 Tesalonicenses 1:2-4


El resentimiento tiene cuidado en guardar libros, pero el amor no lleva libros.

En 1986, yo era un esposo joven que había trabajado en una iglesia de un área en la Bahía de California, luego de terminar la universidad. Mi esposa y yo habíamos rendidos nuestras vidas a Dios y a Su obra, y estábamos contentos sirviendo en esa iglesia, pero Dios tenía diferentes planes.


En nuestro camino a casa después de unas vacaciones de verano, paramos en la pequeña ciudad de Lancaster, California, en medio del desierto de California. La ciudad no era impresionante. No era una ruidosa metrópolis, ni siquiera un suburbio en progreso. La iglesia a la que asistimos, donde yo prediqué, fue la Iglesia Bautista de Lancaster, una iglesia con números decreciendo, un edificio embargado y sin futuro a ojos de algunas personas.


Esa noche no nos imaginamos sobre lo que Dios tenía guardado en sus manos para mucha gente fiel que estaba en esa iglesia. Nunca soñamos con los cientos de vidas que Dios transformaría a través de ese ministerio. Nunca imaginamos el impacto mundial que Dios tendría a través de los miembros fieles de esa pequeña congregación.


El primer libro que prediqué luego de convertirme en el pastor de la Iglesia Bautista de Lancaster fue 1 Tesalonicenses. Yo reté a los miembros de la IBL de tener una fe que trabaja, de enfocarse en el trabajo de Dios y confiar en Sus planes. Aunque para los estándares del mundo teníamos poco a nuestro favor en esos primeros días, a los ojos de Dios éramos un grupo de siervos fieles que Él iba a usar poderosamente.


El los últimos días hemos estado viendo como los estándares de Dios sobre el éxito sobrepasan los estándares del mundo. Aunque el tamaño de nuestra iglesia ha crecido, el espíritu fiel y amoroso de la gente de la iglesia es lo que Dios ha bendecido. De la misma forma en que la iglesia de Tesalónica. Dios no bendijo su crecimiento externo, si no por tres características que ellos tenían.


Una fe en crecimiento. El primer elogio de Pablo a la iglesia de Tesalónica es su “obra de fe”. Estos creyentes tenían fe en que Dios iba a hacer una gran obra a través de ellos. Ellos confiaron en que no importaba cuanta resistencia de afuera pudieran tener, la obra de Dios continuaría. Su fe había crecido no solo por la persecución que habían enfrentado, sino por causa de ella.


El autor Randy Alcom una vez dijo: “una fe que no puede ser sacudida es la fe que ya ha sido sacudida”. La fe se prueba en un incendio. Cuando todos dicen “no”, la fe proclama con fuerza “si” sabiendo que Dios proveerá. Si está enfrentando un tiempo de prueba o persecución, dese cuenta que su fe crecerá o se marchitará durante ese tiempo. Elija confiar en Dios y extienda su fe confiando en Su plan durante las dificultades.


Un abundante amor. Como el devocional de ayer, nos dimos cuenta que la bendición de Dios a la iglesia de Tesalónica vino por amar a otros. Este amor se vuelve aún más impactante cuando nos damos cuenta de que estos creyentes fueron odiados y ridiculizados por su fe. Sin embargo, eligieron responder con amor.


Una vez alguien dijo: el resentimiento tiene cuidado en guardar libros, pero el amor no lleva libros. Si decidimos, todos podríamos llevar un registro de errores que necesitaban ser corregidos. Podríamos pasar nuestra vida registrando injusticias, pero Dios preferiría que eligiéramos responder al mal con amor. Los tesalonicenses se destacaron por su espíritu intenso y amoroso incluso con los opositores más viles.


Un espíritu perseverante. Pablo añade una última característica a esta iglesia cuando dice: “pacientes en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo, a los ojos de Dios y de nuestro Padre”. Este grupo de creyentes enfrentó intensa presión y persecución, pero continuaron en su fidelidad.


La perseverancia no ha sido definida como “conformidad resignada e insensible”, sino como “paciente, valerosa, soportando los problemas”. Estos creyentes se negaron a renunciar a su fe, a dejar que su amor se enfríe o abandonar su esperanza. Siguieron fielmente a Dios a pesar de las circunstancias externas.

Si alguien tuviera que describir los atributos de su vida, ¿Notaría una fe en crecimiento, abundante amor y un espíritu perseverante? Los tesalonicenses no fueron bendecidos por que eran perfectos, sino porque eran fieles. Busque la ayuda de Dios para crecer en cada una de estas tres áreas mientras persigue la fidelidad hoy.