Andando con los Mach
Hoy aprendemos sobre dos increíbles misioneros, Bob y Becky Mach, quienes han servido a Dios en Costa de Marfil (África Occidental) desde 1995. Su historia nos recuerda cuán grande es nuestro Dios y cómo Él usa a personas dispuestas.
Bob y Becky Mach son un testimonio viviente de la gracia del Señor. Bob aceptó a Cristo el 26 de agosto de 1977, durante un servicio de capilla en la escuela secundaria de su iglesia en Cleveland, Ohio. Poco tiempo después sintió un llamado al mundo misionero: dentro de un año, en un servicio dominical, anunció su decisión de ser misionero. Becky, por su parte, entregó su vida al Señor en junio de 1969, en un servicio vespertino, cuando aún era joven. Después de un viaje a Togo, Dios dirigió a Bob hacia Costa de Marfil. Becky, con su corazón dispuesto, lo acompañó en ese llamado.
Bob se preparó recibiendo un B.A. en Misiones en el Pensacola Christian College; también obtuvo licencias de aviación e ingeniería aeronáutica (Commercial/Instrument Flight Certificate, Airframe/Powerplant Mechanics license), preparándose para servir en terreno bajo cualquier circunstancia. Becky también aportó con sus dones: como talentosa en música (violín, mandolina, piano), canto, arreglos musicales, y producción audiovisual — habilidades útiles para evangelismo, adoración y enseñanza.
Se casaron el 18 de mayo de 1991. Sus hijos — Robert Jr. (Bobby), Marylyn, Morganne (con síndrome de Down), y Lucien — han crecido dentro del ministerio.
En septiembre de 1995 la familia llegó a Anyama, Costa de Marfil. Allí colaboraron para establecer la Fundamental Baptist Church of Anyama y el Fundamental Baptist Institute of Anyama. Luego, en el año 2000, se trasladaron a Bingerville, donde fundaron la Fundamental Baptist Church of Bingerville. Su trabajo creció: crearon un centro de alfabetización para enseñar a leer la Biblia, una clínica urbana, ministerios de deportes y el deseo de llegar con el Evangelio a comunidades vulnerables.
Durante la guerra civil que estalló en 2002 en Costa de Marfil, la familia vivió momentos difíciles: su hijo menor, Lucien, nació justo al inicio del conflicto, y Becky y Bob tuvieron que atender el parto ellos mismos en medio de la crisis. Aun así, no abandonaron su llamado; aunque temporalmente se mudaron a Ghana por seguridad, Bob viajaba los fines de semana hacia Costa de Marfil para mantener vivo el ministerio de la iglesia en Bingerville.
En 2004 regresaron permanentemente para continuar su labor. Con el tiempo levantaron edificios, comenzaron un colegio, expandieron el ministerio médico, y plantar nuevas iglesias en otras zonas del país. Además, ayudaron a formar líderes nacionales para que las iglesias pudieran alcanzar autonomía. Bob retornó a estudios teológicos: obtuvo un grado avanzado (M.A. en Exposición Bíblica) en el Pensacola Theological Seminary, y está inscrito en un programa de Doctorado en Ministerio para seguir formándose para la obra.
La hija Morganne, a pesar de tener síndrome de Down, ha sido una gran bendición en la familia. Su ejemplo recuerda que cada vida tiene valor y propósito en el plan de Dios, y que el ministerio no depende de habilidades humanas sino de confiar en Su obra.
La historia de Bob y Becky Mach es un hermoso testimonio de fe, obediencia y perseverancia. A través de oraciones, sacrificios, servicio, y un corazón dispuesto — de toda la familia — Dios ha obrado vidas, levantado iglesias, abierto caminos de alfabetización, salud y esperanza. Su dedicación en Costa de Marfil nos recuerda que, con Dios, lo imposible se vuelve posible.
Video de hoy: https://youtu.be/BSZ5yMd6xKc
Leer: 2 Corintios 10-13; Proverbios 6
Según Pablo, ¿cuál es la diferencia entre gloriarse en sí mismo y gloriarse en el Señor?
