¿Por qué existen las reglas?

A veces pensamos que las reglas existen solo para quitarnos la diversión. Parecen límites que nos incomodan, restricciones que nos dicen “no”, y muchas veces creemos que si no hubiera reglas seríamos más libres. Pero la Biblia nos enseña algo completamente diferente.


En Romanos 4–7, Pablo explica que la ley de Dios no fue dada para arruinarnos la vida, sino para salvarnos de nosotros mismos. La ley no fue dada para hacernos justos, sino para mostrarnos que no lo somos. Romanos 7:7 dice: “Yo no conocí el pecado sino por la ley”. En otras palabras, sin reglas no veríamos el problema en nuestro corazón.


Piense en un espejo. Un espejo no lava la cara, no limpia la suciedad, no arregla el desorden. Solo muestra lo que está mal. La ley funciona de la misma manera. Nos muestra la verdad sobre nuestro pecado, pero no puede salvarnos de él. Solo Cristo puede hacerlo.


Las reglas también nos muestran por qué necesitamos un Salvador. Romanos 5–6 nos enseña que el pecado nos esclaviza. No solo cometemos errores; tenemos una naturaleza que nos empuja a alejarnos de Dios. Si no entendemos cuán profundo es nuestro pecado, nunca veremos cuán grande es la gracia de Dios. La ley abre nuestros ojos, y la gracia nos abre el camino.


Además, las reglas nos protegen de las consecuencias del pecado. Dios no nos dio mandamientos para castigarnos, sino para guardarnos. Cada regla es una barrera de protección, como un letrero de “Peligro” en una carretera. Ignorar la ley no quita el peligro; solo nos acerca más al daño.


Romanos 6 nos recuerda que ahora, en Cristo, no vivimos bajo la ley como condena, sino bajo la gracia como poder. Pero la gracia no significa desorden. Significa que ya no obedecemos por miedo al castigo, sino por amor al Salvador.


Muchas veces pensamos que ser libres significa no tener límites. Pero Romanos 7 muestra una realidad honesta: aun cuando deseamos hacer lo bueno, luchamos. Esa lucha no significa que usted es un fracaso; significa que necesita depender diariamente de Cristo.


Dios no le dio reglas para controlarlo, sino para cuidarlo.

No para alejarlo, sino para guiarlo.

No para condenarlo, sino para llevarlo a Su gracia.


La ley muestra su pecado.

Cristo muestra Su amor.

La gracia le da una nueva vida.


La verdadera libertad no es vivir sin reglas, sino vivir bajo el cuidado de un Dios que sabe exactamente lo que usted necesita.


Video de hoy: https://youtu.be/Nn2lU0Qy-nM


Leer: Romanos 4-7; Proverbios 8

¿Qué comparación usa Pablo en Romanos 7 para explicar nuestra relación con la ley?