¿Quién contra nosotros?
“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”
Romanos 8:31
La vida cristiana no es una vida sin batallas. No es una vida fácil, cómoda ni libre de dolor. Este mundo está roto. Está lleno de luchas, decepciones, injusticias, corrupción, pérdidas y cansancio. Ser cristiano no nos saca del campo de batalla; nos da la fuerza para pelear en él.
Pablo nunca negó la realidad del dolor. En Romanos 8, él habla de tribulaciones, angustias, persecuciones, hambre, peligros y espada. Él no pinta una vida perfecta. Pero en medio de esa realidad dura, Pablo levanta una declaración poderosa: Dios es por nosotros.
Eso lo cambia todo. No estamos solos. Tenemos al Espíritu de Dios viviendo en nosotros. Tenemos a Cristo intercediendo por nosotros. No caminamos con nuestras propias fuerzas; caminamos sostenidos por el cielo.
Usted no está peleando para ver si Dios lo ama. Usted pelea desde el amor de Dios. No lucha para ser aceptado; lucha porque ya ha sido aceptado. Sus problemas no son señal de abandono; son terreno donde Dios muestra Su fidelidad.
Ser hijos de Dios no significa ausencia de dolor, sino presencia de esperanza. No significa que todo será fácil, sino que nada será inútil. No significa que no caeremos, sino que nunca caeremos solos.
Y Pablo lleva esta verdad aún más lejos: “En todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó”. No dice que evitamos la batalla; dice que vencemos en medio de ella. Y remata con la promesa más fuerte: nada nos puede separar del amor de Dios. Ni problemas, ni dolor, ni pecado pasado, ni miedo futuro.
Un ejemplo poderoso es el de Joni Eareckson Tada. A los 17 años sufrió un accidente que la dejó cuadripléjica. Perdió el movimiento de brazos y piernas, y su vida cambió radicalmente. Sin embargo, lejos de abandonar su fe, usó su vida, su arte con la boca y su voz para proclamar la esperanza en Cristo. Nunca minimizó el dolor, pero nunca dudó del amor de Dios. Su vida ha sido un testimonio claro de que el sufrimiento no es señal de abandono, sino una plataforma para mostrar el poder de Dios.
Los problemas no son prueba del abandono de Dios; son el escenario donde se manifiesta Su fidelidad. Dios está con nosotros, Dios está por nosotros, y Dios está en nosotros. Somos hijos de Dios, no una ilusión ni una idea religiosa, sino hijos reales del Rey. No caminamos para ganar Su amor, caminamos desde Su amor. No somos más que vencedores porque no haya batallas, sino porque Él pelea por nosotros. Y cuando todo se vea oscuro y la fuerza parezca terminarse, esta verdad permanece firme: “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” Nada podrá separarnos de Su amor.
Video de hoy: https://youtu.be/kMKSlT2BKlQ
Leer: Romanos 8-10; Proverbios 9
¿Por quién tenía Pablo “gran tristeza y continuo dolor” en su corazón?
