Llamados, apartados, enviados
“Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Níger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando estos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron”.
Hechos 13:1-3
La iglesia de Antioquía era una comunidad vibrante, diversa y profundamente espiritual. No estaban enfocados únicamente en sus necesidades internas, sino en buscar y obedecer la dirección del Señor. Mientras adoraban, servían con fidelidad y ayunaban, Dios les habló con claridad.
El llamado de Dios a Bernabé y a Saulo no nació en un momento de confusión o crisis, sino en medio de la adoración; estaban en comunión con Él. Esto nos enseña que la voluntad de Dios se revela cuando nuestros corazones están alineados con Él. Usted no puede conocer la voluntad del Señor si no está cerca de Él. La misión no empieza cuando “estamos listos”, sino cuando Él llama. No desperdicie tiempo esperando sentirse preparado para hacer la obra del Señor; Él es capaz de prepararle en el camino.
Este pasaje destaca que el llamado es personal, pero la confirmación es comunitaria. La iglesia oró, probablemente les apoyó económicamente y los envió con respaldo espiritual. Donde Dios llama, Él también provee comunidad, oración y recursos. Dios sigue levantando hombres y mujeres para Su obra hoy. La pregunta es: ¿Estamos escuchando? ¿Estamos dispuestos a ser apartados para Su propósito? ¿Estamos dispuestos a ser enviados… incluso dentro de nuestra propia comunidad?
Hoy es un buen día para meditar y reconocer que Dios habla cuando nos dedicamos a Él con todo el corazón. Nuestra vida y nuestros dones tienen un propósito en la misión del Reino; pueden ser útiles para producir fruto eterno.
La iglesia debe participar activamente en discernir y enviar a quienes Dios llama. La obediencia abre camino a nuevos moveres del Señor. Si hoy usted está sentado esperando que algo extraordinario suceda… probablemente seguirá sentado. Usted ya ha sido llamado, apartado y enviado a ser un cristiano real, brillando y representando a Jesús en su comunidad, en su familia y en su lugar de trabajo.
Hechos 13–14 y Proverbios 21
¿Qué principio podemos aprender al observar cómo respondieron los judíos ante las acciones de Bernabé y Pablo?
