El fruto del amor
¨Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe¨
Gálatas 5:22, 23
Madalyn Murray O' Hair tuvo éxito en sus intentos para sacar la lectura de la Biblia y oración de las escuelas públicas. Su grupo de trabajo Ateos Americanos, tenía como propósito eliminar todo rastro de religión de la vida pública en los estados y ciudades del país. De pronto en 1995, O'Hair, su hijo y su nieta desaparecieron; tiempo después descubrieron que habían sido asesinados por uno de los hombres que trabajaban para su organización. Después de la muerte de O'Hair se publicaron sus diarios personales. Numerosas veces en más de dos mil páginas escribió, “Alguien, en algún lugar, por favor ámeme”.
Vivimos en un mundo que está hambriento de amor verdadero y genuino. Los sustitutos que ofrece nuestra sociedad nunca van a satisfacer ese anhelo. Hay todo tipo de “amor” que nos rodea, pero no es el tipo de amor que sólo el fruto del Espíritu Santo produce. Cuando los cristianos caminan en el Espíritu, el amor producirá un subproducto natural. Los naranjos que crecen en los viñedos de California no tienen que ser instruidos para producir naranjas, es parte de su naturaleza. De la misma manera el amor debe ser la característica que defina a los cristianos.
Cuando María y Marta enviaron a decir a Jesús que Lázaro estaba enfermo, Él se retrasó hasta que Lázaro estaba muerto y había sido enterrado por cuatro días. Aunque Jesús sabía que iba a regresar a Lázaro a la vida, su corazón de compasión estaba apesadumbrado por el dolor de sus amigos, y lloró. “Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba” (Juan 11:36). Nuestro propósito debe de ser tratar a los demás de tal manera que nuestro amor por ellos sea evidente.
Principio de renovación de hoy: La única manera de exhibir el amor divino a todo el mundo que nos rodea es siendo llenos del Espíritu Santo.
06 de octubre - LEER - Mateo 13
En la parábola del sembrador, algunas semillas caen entre los espinos. ¿Qué representan los espinos?