Fe en las tribulaciones


“He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; Y al occidente, y no lo percibiré; Si muestra su poder al norte, yo no lo veré; Al sur se esconderá, y no lo veré. Mas él conoce mi camino; Me probará, y saldré como oro”


Job 23:8-10


Ser cristiano no nos libra de tener problemas. De hecho es muy común que las cosas que hacemos bien son las que nos meten en problemas. Pablo le escribió a Timoteo: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos” (2 Timoteo 3:1). Esta epístola fue la última escrita por Pablo antes de ser ejecutado por su predicación del evangelio. Las pruebas por las que pasamos no toman a Dios por sorpresa porque son filtradas por Él. 


George Muller fue un hombre que sabía mucho de la fe, sus orfanatos le dieron un hogar a miles de niños y nunca le pidió dinero al público. En lugar de pedir, él oraba. Muller escribió acerca de la fe y las tribulaciones: “Dios se complace en incrementar la fe de Sus hijos… lo digo deliberadamente, las pruebas, dificultades y a veces los fracasos son un buen alimento para la fe… deberíamos de tomarlos de Sus manos como evidencia de Su amor y compasión para con nosotros por ayudarnos a desarrollar e incrementar esta fe”.


El diablo se regocija cuando permitimos que nuestras pruebas sacudan nuestra fe y nos alejen de Dios. Si nos quedamos sentados conmiserándonos y quejándonos de que las cosas no están resultando como nosotros queremos, vamos rumbo a los problemas. En lugar de esto, la fe ataca los problemas de frente y confía en que aunque el porvenir no sea claro, Dios conoce la razón de lo que estamos experimentando y cómo le puede dar gloria a Él.


Principio de renovación de hoy: Cada prueba y problema por los que pase le dan la oportunidad de desarrollar su fe. 


18 de noviembre - LEER - Hechos 16-17


¿Qué observó Pablo en Atenas que le preocupó?