La prueba de la fe

“Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré”


Génesis 22:1-2


En junio de 1859 un acróbata francés y cirquero llamado Jean-François Gravelet, y mejor conocido por su nombre artístico Charles Blondin dejó con la boca abierta a una multitud al cruzar por las cataratas del Niágara en la cuerda floja. Blondin había comenzado su carrera cuando era niño, pero esta acrobacia lo convirtió en toda una celebridad. Miles de personas se reunían mientras veían este increíble acto mientras Blondin cruzaba una y otra vez por encima de las peligrosas aguas. Hizo varias acrobacias inusuales durante sus caminatas, incluyendo cargar una estufa pequeña en una carretilla mientras cocinaba un omelet. Pero quizás su hazaña más impresionante fue cargar a su entrenador Harry Colcord mientras cruzaba por la cuerda.


Es probable que después de ver a Blondin cruzar varias veces por arriba de la catarata que cualquier persona del público creyera en que él lo podía hacer otra vez. Pero tomó un increíble nivel de confianza de parte de su entrenador el poner su vida en la espalda de Blondin y permitir ser cargado por un viaje peligroso. Esta es fe de verdad. No solo “dice que cree”, si no que actúa por lo que cree.


Es fácil proclamar fe cuando hay luz. Es mucho más difícil demostrar fe en la oscuridad. Y así en los momentos más oscuros, cuando las luchas son duras y la respuesta no es clara, es cuando podemos saber si nuestra fe es real. 


Principio de renovación de hoy: La única manera de pasar la prueba de la fe es actuar conforme a lo que Dios ha dicho, sin importar qué tan difícil pueda ser.


14 de noviembre - LEER - Hechos 7-8


¿Qué parte estaba leyendo el eunuco etíope cuando Felipe lo encontró en el desierto?