Una fe que pueda pelear las batallas de hoy
“Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo”
1 Samuel 17:36-37
Goliat el gigante era el campeón del ejército de los filisteos, y cuando lanzó el reto para que alguien combatiera uno a uno con él, nadie del ejército israelí quiso aceptar. Inclusive el rey Saúl que era mucho más alto que todos en Israel aceptó. Pero cuando David, aún siendo un pastor joven de las ovejas de su padre, llegó con comida para sus hermanos en el ejército, no pudo soportar la blasfemia de Goliat.
Aunque no tenía entrenamiento militar, David corrió hacia el gigante con solo una honda en su mano. Su fe en Dios le dio fuerza para enfrentar al gigante cuando nadie más lo quiso hacer. Como resultado, Dios entregó a Goliat en la mano de David, y los israelitas tuvieron una gran victoria sobre sus enemigos. En esta historia encontramos el principio que fortalece nuestra fe. David tenía la suficiente confianza para pelear con Goliat porque se acordó de la manera que Dios lo había ayudado en sus batallas anteriores.
Tomar un tiempo para reflexionar y dar gracias a Dios por lo que ha hecho por nosotros y por Su bondad fortalece nuestra fe. Una otra vez, más de cuarenta veces en las Escrituras, Dios le recordó al pueblo de Israel de cuando abrió el mar rojo y los libró de los egipcios. Más tarde en su vida David escribió lo siguiente: “Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios” (Salmos 103:2).
Principio de renovación de hoy: Su fe tiene que ser lo suficientemente fuerte como para permitirle enfrentar y derrotar a sus gigantes.
17 de noviembre - LEER - Hechos 13-15
¿Qué principio o práctica de la vida misionera se encuentra en Hechos 14:26-27?