El onceavo mandamiento

“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”

Juan 13:34-35


Leí una historia sobre un pastor que iba a tomar el púlpito de una iglesia nueva. Para saber más sobre las personas de la congregación decidió vestirse como pobre. No le dijo a nadie quién era; simplemente observó mientras los demás continuaban con sus vidas. Llegó el punto en que logró entablar una conversación con una mujer de la iglesia, y comenzaron a hablar sobre la religión. Con un aire de superioridad, la mujer le preguntó, “¿Cuántos mandamientos hay?” El pastor disfrazado le dijo, “Creo que hay once”. Ella después lo ignoró tomándolo por un pobre que no merecía su tiempo. 

El siguiente domingo en la mañana, la mujer estaba impresionada de descubrir la identidad del pobre. Pero estaba aún más asombrada cuando él dijo el texto del sermón, tomado de la última conversación de Jesucristo con sus discípulos antes de Su crucifixión. El mandamiento que Jesús dio esa noche, el “nuevo mandamiento” aún es válido hoy en día. Tenemos la responsabilidad de tratar a los demás con compasión y amor, así como Dios nos ama. Pero este mandamiento tiene implicaciones que van mucho más allá de las paredes de nuestras casas e iglesias. 

Jesús dijo que la característica que identificaría nuestra fe sería nuestro amor por los demás. En un tiempo en que las iglesias se dividen y se llenan de discordia, no es de asombrarse por qué el mundo no está impresionado. El avivamiento genuino que el mundo necesita no va a comenzar dentro del mundo. Si es que comienza tiene que hacerlo en los corazones y en las vidas de la gente de Dios, y será demostrado en nuestro amor el uno por el otro. 


Principio de renovación de hoy: El mundo concluye en si nuestra fe es verdadera o no en lo que observa nuestro amor por los demás. 


13 de octubre - LEER - Mateo 27-28


De acuerdo con Mateo 27:63, ¿de qué profecía de Jesús eran los sacerdotes y fariseos consiente?