La incredulidad que limita el poder de Dios
“Y se escandalizaban de Él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra y en su casa. Y no hizo allí muchos milagros, a causa de su incredulidad".
Mateo 13:57-58
En Mateo 13:57-58, Jesús regresa a Nazaret, Su pueblo natal, donde todos lo conocían como el hijo del carpintero. En lugar de recibirlo con fe, los habitantes dudan de Él, cuestionando Su autoridad: “¿No es este el hijo del carpintero?” (Mateo 13:55) Su incredulidad no solo los ciega a la verdad de quién es Jesús, sino que limita los milagros que Él podría haber realizado. No es que Jesús careciera de poder, sino que la falta de fe de la gente cerró la puerta a las maravillas que Dios deseaba obrar. Este pasaje nos desafía a reflexionar: ¿cómo puede nuestra propia incredulidad estar restringiendo lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas?
La incredulidad es como un candado en el corazón que bloquea la intervención divina. Dios, en Su amor infinito, está listo para sanar, proveer y transformar, pero espera que confiemos en Su voluntad y poder. Cuando dudamos de que Él puede o quiere ayudarnos, nos perdemos de Su obra sobrenatural. En otros pasajes vemos cómo la fe abrió la puerta a milagros: la mujer con el flujo de sangre fue sanada por tocar el manto de Jesús con fe. (Marcos 5:34) En Nazaret, la duda hizo lo opuesto, limitando Su acción. Cada vez que cuestionamos la capacidad o el deseo de Dios para ayudarnos en nuestras necesidades —sean físicas, emocionales o espirituales—, construimos barreras que dificultan Su obra en nosotros.
La Palabra nos enseña que Dios anhela actuar en nuestras vidas. Hebreos 11:6 declara que “sin fe es imposible agradar a Dios”, porque la fe es la llave que desata Su poder. Cuando enfrentamos pruebas, es fácil caer en la duda, pensando que Dios no se interesa por nuestras luchas o que nuestras necesidades son demasiado grandes. Pero Él es el mismo ayer, hoy y siempre. (Hebreos 13:8) Su deseo es ayudarnos en el momento justo, según Su perfecta voluntad.
¿Está permitiendo que la incredulidad limite lo que Dios quiere hacer en usted? Él conoce sus necesidades y está listo para obrar. Reemplace la duda con una fe audaz, confiando en Su amor y poder. No limite a Dios; crea en Él y vea Su gloria revelada.
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Leer: Mateo 13; Lucas 8; Proverbios 14
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