Los siervos sabían la verdad
"Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba.Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo,"
Juan 2:7-9
En el relato de la boda en Caná, Jesús realiza su primer milagro público: convierte el agua en vino. Pero observa quiénes son los primeros en enterarse de este prodigio divino. No fueron los invitados importantes, ni el novio, ni siquiera el maestresala que probó el vino y lo elogió. Fueron los sirvientes, aquellos que obedecieron las instrucciones de Jesús sin cuestionar, llenando las tinajas de agua y llevándolas al maestresala. Ellos sabían de dónde provenía ese vino exquisito; ellos fueron testigos oculares del poder transformador de Cristo.
Este pasaje nos enseña una verdad profunda sobre las bendiciones que fluyen del servicio humilde. Servir no es solo una tarea; es una puerta abierta a una multitud de bendiciones espirituales. Los sirvientes, en su obediencia sencilla, recibieron el privilegio de ver el milagro de cerca. Experimentaron la fe en acción, el poder de Dios manifestado en lo cotidiano. ¿Cuántas veces hemos pasado por alto las oportunidades de servir, pensando que son insignificantes? Sin embargo, es precisamente en el servicio donde Dios revela Sus secretos, fortalece nuestra fe y nos permite participar en Sus obras milagrosas.
Imagina las bendiciones que surgen de servir: proximidad con Dios, crecimiento en la fe, gozo en la obediencia y, a menudo, la alegría de ser los primeros en ver Sus intervenciones. Los sirvientes no buscaban gloria; solo obedecieron. Y en esa obediencia, fueron bendecidos con una revelación que otros no tuvieron. Hoy, Dios nos invita a servir en nuestra familia, iglesia o comunidad, y en esa obediencia fiel, nos permite experimentar Su obra de cerca, fortalecer nuestra fe y participar en Su propósito redentor.
Una historia real que ilustra esto ocurrió durante la presidencia de Abraham Lincoln en la Guerra Civil estadounidense. En 1862, Lincoln estaba redactando la Proclamación de Emancipación, un documento que cambiaría la historia al declarar libres a los esclavos en los estados confederados. Un joven ayudante de la Casa Blanca, William Slade, un hombre afroamericano que trabajaba como mensajero y sirviente personal de Lincoln, tuvo el privilegio de observar de cerca los momentos clave de este proceso. Slade, en su servicio humilde, a menudo llevaba mensajes confidenciales y estaba presente en la Casa Blanca durante las noches en que Lincoln revisaba borradores con sus asesores.
Según relatos históricos, Slade escuchó las discusiones sinceras de Lincoln sobre el peso moral de la proclamación y sus oraciones por la guía divina. En una ocasión, mientras realizaba sus tareas silenciosamente, Slade vio a Lincoln paseando y orando en voz alta, buscando la sabiduría de Dios antes de finalizar el documento. Slade más tarde compartió con su familia que sintió que Dios estaba obrando a través de Lincoln, y su servicio discreto le permitió presenciar este momento histórico y espiritual antes de que otros conocieran su impacto completo. Como los sirvientes en Caná, el fiel servicio de Slade lo posicionó para ser testigo de una obra divina en proceso, fortaleciendo su fe y dándole una perspectiva única sobre la justicia de Dios desplegándose en la historia.
Los siervos en la boda participaron y vieron a la grandeza de Dios. ¿Usted estaría en posición de ver a Dios obrando por estar en medio del servicio de Él?
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Leer: Juan 2-4; Proverbios 6
Cuando los discípulos de Juan el Bautista estaban preocupados porque la gente comenzaba a seguir a Jesús, ¿qué respuesta dio Juan que revela su humildad y entendimiento del plan de Dios?