Nardo puro
“Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume”.
Juan 12:3
Imagine la escena: una cena sencilla en Betania, el Maestro reclinado a la mesa, y de pronto María rompe el silencio con un gesto que deja a todos boquiabiertos. No trae una botellita cualquiera; trae una libra entera de nardo puro, tan costoso que equivalía al salario de casi un año. No era un perfume diluido, de esos que se venden en el mercado a bajo precio; era esencia concentrada, sin una gota de agua ni mezcla barata. Puro al cien por ciento.
Y no lo rocía con timidez: lo derrama todo, sin guardar ni una gota, sobre los pies de Jesús. Luego, en un acto de humildad absoluta, se arrodilla y los seca con sus cabellos. El aroma invade la casa entera, tan intenso que nadie puede ignorarlo.
¿Por qué tanto derroche? Porque María entendió una verdad que transforma vidas: “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan”. Salmo 24:1 Todo Le pertenece. Su tesoro más valioso no era suyo para atesorarlo; era del Señor para entregarlo. No dio lo que Le sobraba después de pagar cuentas; dio lo que dolía soltar. No ofreció una imitación barata; ofreció lo genuino, lo que hablaba de su adoración sin reservas.
Ese nardo no era solo perfume; era su declaración: “Tú vales más que todo lo que tengo.” En un mundo que nos enseña a calcular, a guardar, a dar lo mínimo para salir del paso, María nos desafía a lo opuesto.
Jesús no merece nuestras sobras ni nuestras segundas opciones. Merece lo de alto precio: el tiempo que nadie ve, el talento que cuesta desarrollar, los recursos que duelen invertir. Merece lo puro: una devoción sin hipocresía, un corazón sin dividir, una vida sin diluir.
Hoy el Señor Le mira y pregunta: ¿Qué guarda usted en su frasco? ¿Un perfume barato que huele a rutina religiosa, o el nardo puro de su mejor esfuerzo? ¿Da lo que conviene, o lo que transforma? Recuerde, cuando derrama lo costoso y genuino a Sus pies, no solo Lo honra a Él; llena su casa, su trabajo y su familia con un aroma que permanece. Su ofrenda motiva a otros, como el perfume de María motivó a los discípulos y aún nos inspira hoy.
No espere a tener más para dar más. Dé lo que tiene ahora, y hágalo con excelencia. Porque todo es de Él.
Video de hoy: https://youtu.be/F9jcVZQ6u6g
Leer: Marcos 11; Juan 12; Proverbios 3
Si una libra de nardo puro valía casi el salario de un año en tiempos de Jesús, ¿cuánto cree usted que costaría hoy? ¿Estaría dispuesto a ofrecer algo de ese valor al Señor?
