Teniendo la Palabra adentro | Por el Dr. Paul Chappell

“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho” Juan 15:7.


Los discípulos tenían el privilegio de escuchar a Jesús hablar todos los días por un período de tres años. Escuchaban mientras Él le predicaba a otros y cuando Él les enseñaba en privado. Las palabras eran poderosas, y les hacían recordar todo lo que Jesús había dicho. Varios años después Juan introdujo una de sus epístolas escribiendo, “lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo” (1 Juan 1:3).

Me pregunto si cuando el Espíritu Santo inspiró a Juan a escribir esas palabras, pensó en el día que Jesús le pidió que dejara su barca y se convirtiera en un discípulo. O quizás recordó el monte de la transfiguración, o a Jesús diciéndole desde la cruz que cuidara a María. Juan tenía todas esas palabras en su corazón, y seguían habitando en él. A pesar de que Jesús regresó al cielo, Su presencia todavía se sentía a través del Espíritu Santo y del poder de la Palabra de Dios.

Si queremos tener la presencia de Cristo en nuestras vidas hoy en día, tenemos que dejar que Su Palabra llene nuestros corazones y nuestras mentes. No hay un sustituto por la lectura, el estudio y escuchar las Escrituras con tiempo. Pablo escribió, “ La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales” (Colosenses 3:16). Esta es la clave de caminar diariamente en la presencia de Cristo, y es el secreto del poder en nuestras vidas espirituales también. 


Principio de renovación de hoy: Camine en la presencia de Cristo al estudiar, leer y meditar en Su Palabra.


01 de septiembre - LEER - Ezequiel 13-15


¿Cuáles son los tres grandes intercesores mencionados en Ezequiel 14 para ilustrar a Israel que nadie iba a poder salvar a Jerusalén?