Un amor que perdura


“Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. A algunos que dudan, convencedlos”


Judas 1:20-22


Charles Spurgeon contó una historia de un niño que creció en Manchester, Inglaterra. Su madre había muerto, y él le había dado la espalda a Dios y a su familia. Spurgeon dijo, “Una y otra vez lisonjeaba, reprendía y amenazaba sin parar. Una mañana de navidad el joven regresaba de un fiesta horrible. Sus hermanos y hermanas estaban atónitos, avergonzados y sin paciencia. Se había puesto mucha presión para que el padre sacara al joven de la casa. La noche en que el padre fue con la familia impaciente, después de haber consultado con cada uno, se dio cuenta de que el veredicto final era la expulsión del muchacho. 


El padre se volvió a su hijo emborrachado y le dijo: “Henry, tus hermanas dicen que te corra de la casa, tus hermanos dicen que te vayas; y dirigiéndose a él le dijo: ‘Hijo mío, nunca te voy a sacar’. Estas palabras de amor despertaron su alma. Después se reformó y se convirtió, y no fue nada más ni nada menos que el reverendo Henry Moorhouse de Manchester”. Moorhouse se convirtió en un evangelista y tuvo un gran impacto en el ministerio de D.L. Moody. 


El amor no siempre tiene resultados inmediatos, pero es paciente y duradero. El amor cree en el poder de las promesas de Dios, y no pierde la esperanza. Piense en el padre del hijo pródigo. La parábola que Jesús contó no dice qué tanto tiempo se fue de su casa, pero no fue poco. Cuando por fin regresó, su papá lo seguía buscando y corrió a su encuentro. Ese es el amor que perdura.


Principio de renovación de hoy: Nunca deje de amar a las personas aún cuando parezca que no están reaccionando, la compasión hace la diferencia. 


22 de octubre - LEER - Lucas 1 


¿Cuáles son los tres anuncios que son grabados en este capítulo? - dos son por un ángel y uno por un hombre