La importancia de la santificación


“Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo. Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere”. Romanos 15:15-17


El brillante erudito cristiano Henry Martyn se encaminaba hacia una lucrativa carrera legal cuando escuchó a un hombre llamado Charles Simeon contar lo que William Carey estaba haciendo como misionero en la India. Inmediatamente cambió de rumbo y comenzó a entrenar para ir él mismo a la India. Martyn zarpó hacia la India en 1805. Murió apenas siete años después, a la edad de treinta y un años. Pero en ese breve período de ministerio, Martyn tradujo el Nuevo Testamento a tres idiomas diferentes y tuvo un impacto poderoso para el evangelio tanto en la India como en Irán.


Aunque Martyn pasó su vida declarando el evangelio a otros, no descuidó ver los resultados del evangelio en su propia vida. De su caminar con el Señor, dijo: “Me enseñe que el primer gran negocio en la Tierra es la santificación de mi propia alma”. El propósito de Dios para nuestras vidas es que seamos santificados, que seamos más como la imagen de Su Hijo perfecto, Jesucristo. Esto no se logra a través de nuestra determinación, o fuerza de voluntad, sino por el Espíritu Santo mientras entregamos nuestras vidas a Su control. No importa cuánto nos esforzamos o cuán diligentemente trabajemos, el proceso de santificación está más allá del alcance del poder humano. “¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?” (Gálatas 3: 3). Pero a medida que nos rendimos a Él, nuestra vida le da honor y gloria a Dios como Él quiere.


Principio del evangelio para ser edificado: El resultado del evangelio en su vida debe ser una transformación diaria a la imagen de Cristo.


02 de junio - LEER - Job 8-10 En Job 9:15, Job dice que aunque no tiene pecado en su vida, en vez de defenderse, ¿qué es lo que él haría?