Andando con Luis Montaño
El Pastor Luis Alfredo Montaño fue salvo en la Iglesia Bautista de Lancaster a la edad de dieciséis años. Llegó a la iglesia sin imaginar cómo Dios transformaría completamente su vida. Después de escuchar el Evangelio y reconocer su necesidad de Cristo, entregó su corazón al Señor. Desde ese momento comenzó un nuevo caminar, aprendiendo a confiar, a obedecer y a rendir cada área de su vida a Dios.
Mientras crecía en su fe, conoció a Magdalena, quien había sido salva a los doce años de edad. Aun antes de conocerse, ambos habían decidido servir a Dios en tiempo completo. El deseo de prepararse los llevó a West Coast Baptist College, donde estudiaron para fortalecer su vida espiritual y doctrinal. Durante esos años, Dios forjó en ellos una pasión por la Palabra y por el ministerio.
En 2003, Luis y Magdalena se casaron, y ese mismo año comenzaron a servir en el departamento hispano de la Iglesia Bautista Sombra de la Montaña, en California. Allí, el Pastor Montaño desarrolló su amor por la predicación bíblica y el liderazgo espiritual. En 2005, fue ordenado al ministerio del Evangelio por la Iglesia Bautista de Lancaster, confirmando así el llamado que Dios había puesto en su corazón. Poco después nació su primer hijo, Luis, y más adelante su hija Sofía.
Durante ese tiempo, el Señor comenzó a inquietar su corazón con la necesidad de México. En un viaje misionero a Hermosillo, Sonora, en abril de 2007, Dios confirmó claramente Su dirección: plantar una iglesia allí. Con fe y obediencia, el Pastor Montaño y su esposa comenzaron a visitar iglesias en los Estados Unidos, buscando apoyo para cumplir el llamado. En dieciséis meses visitaron más de cien iglesias y recibieron el respaldo de cincuenta.
El 15 de marzo de 2009, la familia Montaño se trasladó a Hermosillo. Allí rentaron una casa que transformaron en una iglesia. El 17 de mayo de 2009 nació la Iglesia Bautista de Hermosillo, con cincuenta personas en asistencia y nueve almas salvas en el primer servicio. Tres meses después, Dios les bendijo con el nacimiento de su tercer hijo, Benjamín.
Desde el principio, su andar con el Señor se reflejó en su trabajo diario: oración, obediencia y esfuerzo constante. El Pastor Montaño, junto con su familia, repartía tratados y tocaba puertas cada día, confiando en que Dios traería fruto. Cuando la iglesia comenzó a crecer, él animó a los nuevos creyentes a desarrollar su propia relación con Dios y a involucrarse en la obra.
Con el paso de los años, su caminar ha sido un testimonio de fe y perseverancia. No ha sido un camino fácil —como todo siervo de Dios, ha enfrentado retos, decepciones y momentos de prueba— pero en cada paso ha aprendido a depender del Señor. Su deseo no ha sido simplemente “hacer iglesia”, sino formar discípulos, predicar la verdad bíblica sin compromiso y levantar obreros que continúen extendiendo el Evangelio.
Dios ha bendecido su hogar con una hermosa familia: Luis y Magdalena son padres de cinco hijos —Luis, Sofía, Benjamín, y las gemelas Camila y Ana— quienes crecen sirviendo junto a ellos en el ministerio. Su familia refleja el mismo espíritu de servicio y fe que caracteriza su vida pastoral.
Hoy, después de más de dieciséis años en Hermosillo, su ministerio sigue creciendo bajo la dirección de Dios. La Iglesia Bautista de Hermosillo no solo ha alcanzado a cientos de personas con el Evangelio, sino que también ha establecido un seminario bíblico para preparar siervos fieles y una escuela cristiana para formar a las futuras generaciones. Hace poco, su primera familia misionera, los Navarrete, ha establecido otra iglesia en México.
Además de su labor pastoral, el Pastor Montaño disfruta profundamente de escribir. A través de su blog, artículos y libros, comparte reflexiones bíblicas y principios prácticos para fortalecer la vida espiritual del creyente. Su escritura, siempre centrada en la Palabra de Dios, busca animar a otros a caminar diariamente con el Señor y a vivir una fe auténtica y constante.
El Pastor Montaño continúa fiel en su andar con el Señor: predicando con convicción, pastoreando con amor, y entrenando a otros con la misma visión bíblica que ha guiado su vida. Su testimonio recuerda que el verdadero éxito ministerial no está en los números, sino en caminar cada día en obediencia a Dios, confiando en Su dirección y poder.
La gracia de Dios ciertamente ha estado presente en cada paso, pero lo que distingue al Pastor Luis Montaño es su determinación de andar con el Señor con un corazón íntegro, una fe constante y una pasión inquebrantable por cumplir el llamado de Dios.
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Leer: Juan 6; Proverbios 18
¿Donde fueron los puntos de comenzar y terminar el viaje después de alimentar a los miles? ¿Cuánto tiempo debería durar en barca y cuánto caminando? Lucas 9 puede darle una respuesta.