Detalles de navidad - La gracia de hacer cambios de vida por la causa de Cristo
1Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado.
2Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria.
3E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. 4Y José subió de Galilea, de la
ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa
y familia de David; 5para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual
estaba encinta. 6Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.
7Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no
había lugar para ellos en el mesón”.
Lucas 2:1–7
La gracia siendo un favor no merecido, una fuerza extra que ayuda cuando ya no podemos, es la gracia de Dios. Muchas veces es difícil de explicar por lo increíble que puede ser. Cuando faltamos fuerza lo que necesitamos es la gracia de Dios.
Los cambios vienen, nadie nació con las cosas que ya tiene. A veces preferimos ir por donde ya conocemos, vamos con nuestras preferencias; pero el embarazo de una virgen lo cambio todo, específicamente la vida de José y María.
Podemos asumir que no fue fácil pasar por todo esto,
seguramente los familiares estaban murmurando, la gente señalando y probablemente sus síntomas no eran los mejores. Cuando Jesús nació, fue un completo milagro; sin embargo, cuando comenzó a crecer, tuvieron que pasar por diversas dificultades. Ellos se mudaron a tres lugares diferentes; a Belén porque ahí nació en cumplimiento de la profecía, a Egipto para que se cumpliese la profecía y a Nazareth para que también se cumpliese la profecía.
Más adelante en la historia Sus discípulos tuvieron que pasar por muchos cambios,
Mateo 4:18-22
Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. 20Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. 21Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. 22Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron”.
Los discípulos dejaron mucho, e hicieron cambios grandes en sus vidas por la causa de Cristo.
Cada uno se dejó un trabajo, profesión, familia, entre otras cosas; seguramente esto no fue fácil, pero decidieron de seguir a Cristo. Jesús solo les dijo “ven” y ellos fueron, dejando todo lo que tenían y lo que estaban haciendo. A veces no estamos dispuestos de dejar lo que tenemos.
Ellos obedecieron a Dios en el momento. “No tener miedo en fracasar, tener miedo de tener éxito en algo que no tienen un valor eterno”. Si no tiene un valor eterno no vale la pena.
Lucas 18:28–30
28Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado nuestras posesiones y te hemos seguido. 29Y él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, 30que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna”. Encontramos las misiones en este pasaje, pero podemos mirar que ellos encontraron la mejor cosa de hacer, seguir a Dios.
Debemos ser los que están dispuestos de seguir a Cristo, donde sea que nos lleva. Si su enfoque esta aquí en la tierra, Dios no le va a usar.
Pedro le dijo a Jesús lo que dejó atrás, pero Jesús respondió recordándole que la recompensa vendría de Él. Aunque tenía momentos difíciles, ellos prefirieron dar su vida a la causa de Cristo.
Lucas 9:23–25 “23Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. 24Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. 25Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana
todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?”. La cruz simboliza dolor, sufrimiento y muerte.
Cualquiera que sabe reconoce que la cruz era una forma de torturar terriblemente a las personas, es algo que nadie quiere sufrir o llevar; pero la cruz es un recordatorio de que hay alguien mas grande que nosotros, aunque era un símbolo de muerte y dolor, después se convirtió
en un símbolo de esperanza, por el sacrificio de Jesús.
Negarse a sí mismo, es decidir no hacerlo, no quererlo y no aceptarlo, decidir que no va a andar en cierto pecado, que recortará gastos para dar más en sus ofrendas. Si fuera fácil tomar su cruz y seguir a Jesús, todo el mundo iba a hacerlo. Encuentra a los discípulos negándose a sí mismos;
ellos sí dejaron todo, aun cuando Jesús fue al cielo, siguieron enseñando a otros de Jesús.
Jesús tenía un gran cambio en Su vida por la causa de Dios, Él se hizo la ofrenda perfecta para hacer disponible la salvación.
Juan 6:38–40 “38Porque he descendido del cielo, no para hacer
mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. 40Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga
vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”. Jesús tomó la forma corporal para llegar a este mundo, todo lo bueno y malo de la humanidad.
Efesios 4:10 “10El que descendió, es el mismo
que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo”.
Jesús tomó a bien hacer un cambio en Su vida, pensando en otros y no en sí mismo,
Juan 3:14–18 “14Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 16Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.17Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del
unigénito Hijo de Dios”.
Él llegó, y a una edad muy joven, Él aceptó Su muerte y cambio para que cada persona en el mundo pueda tener un cambio de vida.
Si Dios está poniendo una carga en su corazón, aceptarla. No podemos conocer Sus planes antes, pero sí podemos reconocer que Él sí sabe, y podemos confiar en los cambios, por medio de Su voluntad podemos ser usados en maneras únicas. No resistir a los cambios, aceptarlos.
Detalle para aprender hoy: La gracia de Dios es suficiente en cualquier circunstancia, pero debemos estar dispuestos de hacer cambios grandes en nuestras vidas, decidir de no volver atrás. No existe algo mejor que servir a Dios.
29 de diciembre - LEER - Apocalipsis 16-19
¿Qué versículo en Apocalipsis 19 repite el título dado a Cristo en Juan 1:1