El gozo de ganar almas
"Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento". Lucas 15:5-7
Estoy agradecido por las muchas bendiciones que el Señor nos brinda, incluidos los deportes, la caza y la buena comida. Pero quiero encontrar mi mayor gozo en las alabanzas del Cielo, la salvación de un alma perdida, y quiero enfocar mi energía en llevar esa alma a Cristo. Quiero que mi corazón refleje el corazón del Buen Pastor que “… deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla. Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso…” Lucas 15: 4–5.
Hablamos de ganar almas como una obligación y un mandamiento a cumplir, y lo es. Pero ganar almas es mucho más que eso; también es una fuente de gran gozo. El Cielo se regocija cuando un alma perdida se salva. Jesús dijo: “Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente” (Lucas 15:10). La medida del amor de Dios por el mundo visto en el don de Su Hijo para comprar nuestra redención hace que sea fácil comprender por qué el Cielo celebra la salvación. Es el cumplimiento del propósito de Dios.
Pero también hay gozo en la Tierra. Como padres, cuando nuestros hijos se salvaron fueron los días más felices de nuestras vidas. Aquellos que han orado durante años por la salvación de un familiar saben el gozo que se produce cuando esas oraciones finalmente son contestadas. No debemos perdernos esta maravillosa fuente de gozo al no ser testigos.
Principio para renovarse hoy: Nunca hará nada que traiga mayor alegría tanto en la Tierra como en el Cielo que llevar a alguien a Jesús.
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