Escribe todas las palabras
"Toma un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te he hablado contra Israel y contra Judá, y contra todas las naciones, desde el día que comencé a hablarte, desde los días de Josías hasta hoy. Quizá oiga la casa de Judá todo el mal que yo pienso hacerles, y se arrepienta cada uno de su mal camino, y yo perdonaré su maldad y su pecado".
Jeremías 36:2-3
En Jeremías 36, Jehová manda al profeta que escriba en un rollo todas las palabras que Él le había hablado. Jeremías dicta y Baruc escribe con fidelidad. Lo escrito se convierte en un testimonio que trasciende el momento, un mensaje que puede llegar a otros aun cuando el profeta mismo no esté presente.
Cuando leo este pasaje, entiendo que Dios quiere que Su Palabra no solo se escuche, sino que también se registre, para que permanezca y pueda seguir transformando vidas.
•Deuteronomio 6:6–9 – “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos… y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”.
Habacuc 2:2 – “Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella”.
Isaías 30:8 – “Ve, y escribe en una tabla delante de ellos, y regístralo en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre”.
Juan 20:30–31 – “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre”.
Hace unos días, un siervo fiel y mentor en mi vida, el Dr. Weaver, partió a la presencia del Señor. En medio de la tristeza de su partida, abrí mis diarios antiguos y me encontré con un tesoro: páginas llenas de lo que Dios estaba haciendo en mi vida en aquellos años, y cómo Él usó al Dr. Weaver en ese proceso. Al leer, pude recordar la fidelidad de Dios, Su dirección en momentos de duda y las palabras de consejo de mi mentor. Fue tan especial de recordar lo que Dios estaba haciendo en mi vida y corazón por medio de Su Palabra hace 21 años.
Al igual que Jeremías escribió por mandato de Jehová, yo debo obedecer al Señor y copiar Su Palabra y Sus obras en mi vida. Cuando lo hago:
•Estoy guardando memoria de Su fidelidad.
•Estoy dejando un legado para otros que vendrán detrás de mí.
•Estoy creando un testimonio que me sostendrá en tiempos de prueba.
La memoria es frágil, pero lo escrito permanece. Por eso, cada vez que tomo mi cuaderno y escribo lo que Dios ha hecho, me estoy preparando para el futuro. El día que necesite ánimo, allí estará el recuerdo de la bondad de Dios. El día que alguien más necesite testimonio, allí estará el registro de cómo el Señor me guió.
Señor, gracias porque Tu Palabra escrita me recuerda quién eres y lo que Tú has hecho. Gracias porque me enseñas a guardar memoria de Tus maravillas en mi vida. Ayúdame a ser fiel en escribir, en recordar y en compartir lo que Tú has hecho, para que otros también crean y tengan vida en Tu nombre.
Video de hoy: https://youtu.be/QhNluEMi998
Leer: Jeremías 35-37; Proverbios 17
¿Quiénes eran los recabitas, y qué rehusaron hacer cuando Jeremías se lo ofreció?