Conocido y llamado
“Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Y yo dije: ¡Ah, ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová.”
JEREMÍAS 1:5-8
Jeremías capítulo 1 es un pasaje profundamente significativo, no solo porque marca el inicio del ministerio profético de Jeremías, sino porque revela verdades fundamentales sobre el llamado, el propósito y la soberanía de Dios.
En un mundo donde muchos luchan por encontrar su identidad y propósito, el primer capítulo de Jeremías nos ofrece una verdad poderosa: Dios nos conoce profundamente, nos llama con intención y nos capacita con Su presencia. Jeremías, un joven profeta, enfrentó esta realidad en un tiempo difícil para Judá. Pero su historia también es nuestra historia.
Él nos conoce íntimamente y tiene un plan específico para cada uno de nosotros. Nuestra vida no es un accidente. ¡Usted es especial a los ojos del Señor! Aun cuando no entendemos el propósito de lo que vivimos, podemos confiar en que Dios tiene un diseño eterno para nosotros. Él tiene algo solo para usted.
El versículo cinco del capítulo uno revela que nuestra identidad y propósito no comienzan con nosotros, sino con Dios. Él es quien forma, conoce, aparta y llama. Jeremías no era solo un joven inseguro; era alguien escogido por Dios desde antes de nacer. ¡Usted es amado y escogido incluso antes de formarse en el vientre de su madre!
Aunque Jeremías escuchó cómo Dios lo amó antes, cuando el Señor lo llamó, Jeremías expresó lo que muchos sentimos cuando Dios nos llama: inseguridad, incapacidad, temor y dudas. Pero Dios no se retractó ni cambió de plan.
Dios no busca personas perfectas, sino corazones disponibles y dispuestos. Él capacita a los que llama. ¿Cuáles son sus excusas? ¿Cree que es muy joven, muy inexperto, muy débil, o quizá un poco mayor? Dios no se detiene ante eso. Él puede usar justamente lo que usted ve como debilidad.
Jeremías no solo recibiría un llamado difícil, sino que también enfrentaría rechazo, oposición y amenaza. Pero Dios le aseguró algo mejor que una vida fácil: Su presencia constante.
¿Está pasando por un tiempo difícil? Recuerde que la seguridad no está en la ausencia de problemas, sino en la presencia de Dios. ¡¡Y Él ya le prometió estar con usted!!
Dios no envió a Jeremías con ideas humanas, sino que ya había diseñado el plan para su vida. La voluntad de Dios es diferente para cada uno. El Señor le dio Su propia palabra. La autoridad del mensaje de Jeremías venía del cielo, no de su elocuencia. ¡No era Jeremías, sino Dios en él! Jeremías no era fuerte por sí mismo, pero Dios lo hizo fuerte. Dios no nos llama a huir del conflicto, sino a resistir con firmeza en Él.
El éxito del llamado no está en la aprobación de la gente, sino en la fidelidad a Dios. Jeremías enfrentó muchas luchas, pero nunca fue derrotado, porque Dios lo respaldaba.
Este día, ¿tiene miedo al rechazo? ¿Tiene miedo al llamado de Dios? ¿Cuáles son sus excusas? Recuerde que si Dios está con usted, ningún ataque podrá vencerle, ni la oposición es tan grande comparada con el poder de Dios. Su voluntad es buena, agradable y le da paz. Si eso no es lo que siente hoy, probablemente necesita regresar al llamado de Dios… sí, hoy, necesita regresar. Hoy puede arreglar su corazón con Dios, solo para disfrutar de la presencia de Dios. Dios no necesita que seamos perfectos, solo necesita corazones rendidos y obedientes.
Video de hoy: https://youtu.be/JP8b6EBRqOI
Leer: Jeremías 1–3 y Proverbios 7
¿Qué consejo o verdad podemos aprender y tomar para nosotros de la exhortación que Dios hace a Israel y a Judá?