Principios en vez de siervos en la casa de Dios
"El sacerdote Pasur, hijo de Imer, que presidía como príncipe en la casa de Jehová, oyó a Jeremías que profetizaba estas palabras. Y azotó Pasur al profeta Jeremías, y lo puso en el cepo que estaba en la puerta superior de Benjamín, la cual conducía a la casa de Jehová".
Jeremías 20:1-2
En estos versículos, encontramos una escena que refleja tanto la tensión espiritual como las luchas de poder que pueden surgir incluso dentro del pueblo de Dios. Pasur, descrito como un sacerdote que presidía como príncipe en la casa de Jehová, debería haber sido un líder espiritual, un siervo humilde dedicado a guiar al pueblo hacia Dios. Sin embargo, su reacción ante las palabras proféticas de Jeremías revela una realidad diferente: en lugar de buscar la verdad o escuchar la voz de Dios, Pasur abusó de su autoridad. Al azotar a Jeremías y ponerlo en el cepo, demostró un corazón endurecido, más preocupado por mantener su posición y poder que por cumplir el propósito divino.
Este pasaje nos invita a reflexionar sobre la verdadera naturaleza del servicio a Dios. Un verdadero siervo no busca posición ni reconocimiento, sino que vive en obediencia y humildad, dispuesto a entregar su vida por la causa de Cristo. Jeremías, a pesar de ser un profeta fiel, enfrentó humillación e injusticia. Su sufrimiento nos recuerda que seguir a Dios no siempre garantiza una vida libre de dificultades. En este mundo, los fieles a menudo enfrentan oposición, incluso de aquellos que deberían ser aliados en la fe. Sin embargo, la historia de Jeremías nos enseña que la obediencia a Dios es más importante que la aprobación de los hombres.
Las injusticias temporales, como las que sufrió Jeremías, pueden ser dolorosas, pero no son el fin de la historia. Dios ve el corazón de aquellos que le sirven con sinceridad y, en Su tiempo, trae justicia y redención. Nuestra responsabilidad, como creyentes, es confiar en Él y seguir adelante con un corazón dedicado, sin importar las circunstancias. La vida de Jeremías nos desafía a preguntarnos: ¿Estamos sirviendo a Dios por amor y obediencia, o buscamos reconocimiento y poder? ¿Estamos dispuestos a soportar oposición por causa de la verdad?
En un mundo donde el poder y la autoridad a menudo se usan para oprimir en lugar de edificar, necesitamos más siervos verdaderos que reflejen el carácter de Cristo. Jesús mismo dijo: “Y cualquiera que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro siervo” Marcos 9:35. Que nuestro servicio sea un reflejo de Su amor y humildad, confiando en que Dios honra a aquellos que le son fieles, aun en medio de las injusticias de esta vida. Sigamos el ejemplo de Jeremías, perseverando en la fe y confiando en la soberanía de Dios.
Video de hoy: https://youtu.be/JsOB1-TBAPM
Leer: Jeremías 18-22, Proverbios 12
¿Cuántas veces visitó Jeremías al alfarero en la lectura de hoy?