Haciendo que se sepa

“Cuando los trajeron, los presentaron en el concilio, y el sumo sacerdote les preguntó, diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre” Hechos 5:27-28


En su libro “Influencia” el psicólogo Dr. Robert Cialdini describió un experimento que se llevó a cabo en el campus de la Universidad de Arizona. Durante la temporada de fútbol, él asignó investigadores para que contaran el número de estudiantes que tenían puestas las camisetas de sus equipos favoritos. Establecieron un número base y observaron lo que pasaba cuando el equipo ganaba o perdía. Después de una victoria, el número de estudiantes que se ponían la camiseta se disparó, y después de una derrota, bajó dramáticamente. La lealtad pública de los estudiantes fue influenciada por el desempeño de su equipo en el campo. 

Dios nos ha llamado a ser leales, comprometidos y públicamente abiertos con respecto a nuestra fe. Así como los seguidores de un equipo ganador, debemos de “ponernos la camiseta” a donde sea que vayamos. Las iglesias primitivas comenzaron con muy pocas personas, pero en tan solo una semanas su predicación poderosa y su testificar consistente habían traído a miles a ser salvos y como sus enemigos lo declararon, ellos habían “llenado a Jerusalén”. No había lugar a duda de dónde estaban parados y de qué lado estaban, día tras día lo dejaron en claro, aún cuando enfrentaban oposición y persecución.

Mientras nuestro país se aleja de la herencia piadosa que se nos fue heredada, nuestra disposición de pararnos públicamente a favor de Cristo se hace cada vez más importante. No deberíamos de cambiar nuestro mensaje para ser aceptados por el mundo. En lugar de eso, debemos de pararnos firmes y con convicciones fuertes, identificándonos como creyentes de una manera clara. Si cada cristiano hace eso, veremos a nuestra nación llena de la doctrina de Jesús.


Principio de renovación de hoy: Su vida debería de expresarle claramente a los demás que usted es un seguidor de Jesucristo. 


17 de septiembre - LEER - Daniel 10-12 


¿Por cuánto tiempo ayunó Daniel preocupado por la visión que había recibido?