Perfecta Paz


“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos. Porque derribó a los que moraban en lugar sublime; humilló a la ciudad exaltada, la humilló hasta la tierra, la derribó hasta el polvo”.

Isaías 26:3-5


En 1555, Nicholas Ridley fue sentenciado a ser quemado en la hoguera en Inglaterra debido a su testimonio por Cristo. En la noche antes de la ejecución de Ridley, su hermano se ofreció a quedarse con él en la cámara de prisión para ser de ayuda y consuelo. Nicholas Ridley declinó la oferta y respondió que tenía la intención de ir a la cama y dormir tan tranquilamente como siempre lo hizo en su vida. Porque él conocía la paz de Dios, él podía descansar en la fortaleza de los brazos eternos de su Señor para satisfacer su necesidad.


La mayoría de nosotros nunca enfrentará una prueba de nuestra fe a ese nivel de gravedad, sin embargo, todos nosotros pasamos por tiempos difíciles. Durante esos momentos, tenemos la oportunidad de fijar nuestra mente en Dios y recibir Su paz. O podemos hacer como hizo Pedro cuando él estaba caminando sobre el agua. Fue cuando dejó de mirar a Jesús y comenzó a centrarse en los vientos y las olas que Pedro comenzó a hundirse. Una de las cosas bonitas de esta historia es que, aun cuando su falta de fe lo metió en problemas, Pedro seguía creyendo lo suficiente como para clamar por ayuda y Jesús rescató a Pedro del agua.


No necesitamos circunstancias perfectas para tener perfecta paz. La paz es la promesa de Dios Todopoderoso a Sus hijos cuando confiamos en Él. Él tiene el poder y la habilidad para permitir que todo lo que nos pasa trabaje para bien. La paz proviene de creer esa verdad.


Principio de hoy para permanecer Arraigado: Cuando nos falta la paz, debemos ver eso como un recordatorio para centrarnos en Dios y no en nuestras circunstancias.