Jesucristo es superior
“En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”.
Hebreos 1:2
Desde los primeros capítulos de Hebreos, el autor presenta una verdad innegociable: Cristo es superior a todo lo que vino antes. Él es superior a los profetas, porque aunque Dios habló por medio de ellos en otros tiempos y de muchas maneras, ahora nos ha hablado por medio de Su Hijo, quien es el resplandor de Su gloria y la imagen misma de Su sustancia. Los profetas anunciaron; Cristo reveló plenamente.
Cristo es superior a los ángeles. Ningún ángel fue llamado Hijo, ni recibió adoración, ni se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Los ángeles son espíritus ministradores; Cristo es el Rey eterno. Su nombre es más excelente, Su autoridad es mayor y Su trono es para siempre.
Cristo también es superior a Moisés. Moisés fue fiel como siervo en la casa de Dios, pero Cristo es fiel como Hijo sobre la casa. Moisés apuntó hacia la obra de Dios; Cristo es la obra de Dios. Moisés condujo al pueblo; Cristo salva al pueblo. En todo sentido, Jesús no es simplemente parte de la historia redentora: Él es su centro y su cumplimiento.
Por eso Hebreos nos exhorta a no descuidar una salvación tan grande. Si Cristo es verdaderamente superior, entonces responder con indiferencia no es una opción. El llamado es claro: considerad a Jesús, fijad los ojos en Él y afirmad vuestra fe en Aquel que es mayor que todo.
Aquí la verdad bíblica se vuelve personal. No basta con afirmar que Cristo es superior en doctrina; la pregunta es si Cristo es el mayor en nuestras decisiones diarias. Si Él es supremo, entonces debe ser mayor que nuestra comodidad, mayor que nuestras preferencias y mayor que nuestros planes personales. Debe ser mayor que nuestro trabajo, mayor que nuestra reputación y mayor que el deseo de aprobación.
Cristo es mayor que nuestros temores y mayor que nuestras inseguridades. Mayor que el pasado que nos culpa y mayor que el futuro que nos inquieta. Mayor que el dinero que perseguimos, mayor que el éxito que anhelamos y mayor que el control que intentamos retener. Si Él es verdaderamente el Hijo exaltado, entonces no puede ocupar un segundo lugar en el corazón.
Hebreos nos confronta con una decisión constante: o Cristo es supremo, o algo más tomará Su lugar. El trono de nuestra vida nunca está vacío. La invitación del libro no es solo admirar a Jesús, sino someternos a Él, confiar plenamente en Él y vivir como quienes creen que no hay nadie ni nada mayor que Cristo.
Video de hoy: https://youtu.be/Y9hTG7RrC3A
Leer: Hebreos 1-6; Proverbios 21
¿Cuántas veces aparece una exhortación al oído o a escuchar en Hebreos 1–6?
