Lea, oiga y guarde
“Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca”.
Apocalipsis 1:3
Desde el inicio del libro de Apocalipsis, Dios nos deja claro algo extraordinario: este no es un libro sellado para unos pocos, ni una revelación lejana reservada para expertos. Es un mensaje dirigido a la iglesia, y eso significa que es un mensaje para nosotros. Apocalipsis comienza con una promesa única en toda la Escritura: bendición para el que lee, oye y guarda lo que aquí está escrito. No es solo información profética; es una llamada urgente a vivir a la luz de lo que Dios ha revelado, porque el tiempo está cerca.
El mensaje no proviene de una fuente cualquiera. Quien habla es el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin, el Todopoderoso. El Cristo glorificado que se revela en este libro no es el Niño en el pesebre ni el Varón de dolores en la cruz, sino el Señor resucitado y exaltado, aquel cuyos ojos son como llama de fuego, cuya voz es como estruendo de muchas aguas y cuyo rostro resplandece como el sol en su fuerza. Él es el que fue, el que es y el que ha de venir. Cuando Él habla, el cielo y la tierra guardan silencio.
Juan, el apóstol, recibe esta revelación con profundo temor y asombro. Al ver al Cristo glorificado, cae como muerto a Sus pies. No hay ligereza ni familiaridad irreverente en su respuesta; hay adoración, humildad y temor santo. Sin embargo, ese mismo Señor glorioso pone Su diestra sobre Juan y le dice: “No temas”. La revelación que produce temor también produce consuelo, porque el Rey soberano es el mismo Salvador amoroso que camina en medio de Sus iglesias.
En los primeros capítulos de Apocalipsis se nos permite asomarnos al trono de Dios: lámparas encendidas, voces poderosas, seres celestiales, adoración constante, santidad absoluta. No entendemos todos los detalles, pero entendemos lo esencial: Dios reina, Cristo gobierna y nada escapa a Su control. El caos del mundo no significa ausencia de Dios; significa que Su plan avanza hacia su cumplimiento final.
Este libro nos llama a leer con atención, a escuchar con obediencia y a guardar con fidelidad. No basta con conocer; debemos responder. Cristo está hablando a Su iglesia hoy. Cada advertencia, cada promesa, cada visión apunta a una sola realidad: vivimos en tiempos serios, y nuestras vidas deben reflejar esa urgencia eterna.
Video de hoy: https://youtu.be/2AuKMIr2NEA?si=ItAyZXTQft0yXdWz
Leer: Apocalipsis 1-5; Proverbios 28
Anotar las siete iglesias.
