Fundaciones desde la Niñez


“Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”.

2 Timoteo 3:14-15


El plan primario de Dios para la educación espiritual de los jóvenes es la familia. Nuestra Iglesia trabaja muy duro en proveer enseñanza sana a los niños, pero nada puede tomar completamente el lugar de padres piadosos que enseñan y viven las verdades de las Escrituras para sus hijos. Es en el hogar donde primero aprendemos acerca de Dios y de Su Palabra.


Charles Spurgeon escribió esto acerca de la manera en que los padres Puritanos criaban a sus hijos. “No estaban preocupados acerca de las teorías de la educación, ellos estaban acostumbrados a “exponer a los bebés al organismo de la verdad”, así que un niño de doce años de edad en un hogar puritano podía hablar con conocimiento inteligente sobre doctrinas centrales del Nuevo Testamento. Estos Puritanos criaron a sus hijos en la atmósfera de sus ardientes convicciones”.


Una de las razones por las que nuestras iglesias y nuestra cultura están tan saturadas con falsas ideas es que la verdad no ha sido bien y completamente enseñada a los jóvenes en los hogares cristianos. La fundación que esto provee les protege más tarde en la vida de caer en error. Pero esta enseñanza no termina cuando nuestros hijos comienzan la escuela o aun cuando dejan el hogar. Debemos ser maestros todos los días de la vida de nuestras familias.


Los adultos jóvenes necesita ejemplos piadosos de fe y compromiso de parte de los adultos mayores. Los niños necesitan abuelos que muestren la fe puesta en práctica, demostrando que lo que ellos escucharon en el hogar y en la iglesia es verdad en la “vida real”. El tiempo que tome para enseñar y modelar las verdades de la Palabra de Dios con su familia es precioso e increíblemente valioso.


Principio de hoy para permanecer Arraigados: Tome hoy el tiempo para invertir en el futuro enseñando y demostrando a sus hijos o nietos que la Palabra de Dios es verdad.