No lo de por Hecho


“Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacobo que te daría, en ciudades grandes y buenas que tu no edificaste, y casas llenas de todo bien, que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste vias y olivares que tú no plantaste, y luego que comas te sacies, cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre”.

Deuteronomio 6:10-12


En el tiempo después de la segunda Guerra Mundial, una iglesia estaba lanzando una campa

a para recaudar fondos para levantar un edificio. Después del servicio en cual el pastor presentó la obra, dos familias esperaban hablar con él. El primer padre le dijo “Pastor, como usted sabe nuestro hijo murió en la guerra. Nos gustaría dar $200 hacia el proyecto como un regalo memorial”. El segundo padre dijo “Pastor, íbamos a dar $200, pero nuestro hijo regresó a casa de la guerra. ¡Daremos $5,000!”


Debería ser verdad que las cosas buenas que recibimos de Dios nos hacen estar agradecidos, pero en realidad a veces nos hacen estar complacientes y satisfechos. Nos podemos olvidar fácilmente que Dios es la fuente de todas las bendiciones y beneficios que recibimos de la mano de Dios. Ciertamente nada bueno que tenemos es resultado de nuestras propias fuerzas e ingenio. Aunque debemos ser diligentes en nuestro trabajo, el poder para trabajar viene de Dios.


En vez de ver nuestras posesiones como muestras de nuestro esfuerzo, intelecto y superioridad, debemos verlo como muestras del amor de Dios y Su gracia. El nos da más de lo que merecemos, y dar gracias nos ayuda a permanecer en guardia para no olvidarnos de Dios.


Principio de hoy para permanecer Arraigados: Dios no nos bendice por nuestra bondad, sino por Su bondad. Recordar esto nos hará permanecer agradecidos.