Nuestra Necesidad Más Grande


“Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”.

Mateo 20:26-28


Un misionero estaba predicando en Filadelfia. Al final del servicio un hombre vino y dijo: "No me gusta la forma en que hablaste de la cruz. Creo que en lugar de enfatizar la muerte de Cristo, sería mucho mejor predicar a Jesús, el maestro y ejemplo”.  El misionero respondió: "Si yo presento a Cristo de esa manera, ¿estarías dispuesto a seguirle?" "Sin duda", dijo el hombre sin titubear.


"Está bien", dijo el misionero, "vamos a dar el primer paso. Él no cometió pecado. ¿Puedes decir eso de ti?" El hombre parecía confundido y sorprendido un poco. "¿Por qué? ¡No!", dijo. "Yo reconozco que peco".  El misionero respondió: "¡Entonces tu mayor necesidad es tener un Salvador y no un ejemplo!"


Jesús era perfecto, y Él es un maravilloso ejemplo, pero es un ejemplo que somos incapaces de seguir más allá del poder del Espíritu de Dios. Dar el ejemplo no era el propósito principal de Su venida. En cambio, Él vino a proveer la salvación para todos los que creen. Esta voluntad de satisfacer nuestra mayor necesidad es un testimonio sorprendente del profundo amor que Dios tiene para con nosotros.


Después de haber recibido Su salvación, tenemos la responsabilidad de compartir las Buenas Nuevas con otros. Muchas iglesias han caído en el pensamiento de que si proporcionan alimentos o medicinas o ropa para los pobres, les están satisfaciendo sus necesidades. Sin duda, es importante satisfacer las necesidades físicas, pero éstas no son las necesidades más grandes de aquellos a quienes servimos. Ellos necesitan la salvación que sólo se puede encontrar en Jesucristo.


Principio de hoy para permanecer Arraigados: Dado que Dios ha provisto nuestra mayor necesidad, la de un Salvador, debemos estar ocupados diciéndole a otros acerca de Su maravillosa provisión.