Obrando y orando juntos

"Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí. Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros. En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros". Nehemías 4:18-20


Leí una historia sobre uno de los viajes de D. L. Moody a través del Atlántico para predicar. Durante su viaje, surgió un gran incendio bajo la cubierta que puso peligro a todos en el barco. No había suficientes miembros de la tripulación para hacer una cadena para pasar cubetas de agua, por lo que se les unieron los pasajeros para combatir el incendio. Uno de los que viajaban con Moody sugirió que se aparataran de la conmoción y oraran. Moody respondió: “No, señor; estamos aquí y pasamos cubetas y oramos con fuerza todo el tiempo". Moody solía decir: "Orar y obrar con las dos manos, esto nunca deben separarse".


La oración es de vital importancia, pero no es un sustituto para hacer lo que somos capaces de hacer. Cuando Nehemías estaba guiando a la gente en la obra para reconstruir los muros de Jerusalén, se enfrentaron a una gran oposición. Las amenazas fueron tan graves que llevaron sus armas a los muros mientras trabajaban. Oraban a menudo y oraban mucho, pero eso no sustituía el tiempo que pasaban en el trabajo. Dios puede arreglar las cosas para que nos despertemos cada mañana con nuestra obra completada y todas nuestras necesidades satisfechas, pero Él sabe que necesitamos la disciplina del trabajo y la oración. Así que Él nos ofrece su ayuda y poder mientras espera que hagamos nuestra parte.


Principio para renovarse hoy: Los desafíos que enfrentamos se abordan mejor con una combinación de oración y trabajo arduo.


22 de febrero - LEER - Números 26-27

¿Qué fue lo que informó Dios a Moisés en Números 27 y qué le instruyó de hacer en preparación?