El Dios Amoroso de la Prisión

“ Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”.

2 Timoteo 4:6-8

Cerca del final de su vida, Pablo le escribió a su joven protegido Timoteo una última carta para animarlo a continuar en el ministerio en el servicio a Dios. El misionero ya avanzado en edad sabía que su vida terminaría pronto. Él estaba detenido en la prisión Mamertina en Roma, un calabozo subterráneo, donde los prisioneros que habían sido condenados estaban detenidos antes de que fueran ejecutados.

Sin embargo, a pesar de sus circunstancias, Pablo no se quejó. Estaba concentrado en lo que estaba por venir; la corona que iba a recibir de la mano del Señor por su amor a la aparición de Cristo. La mayoría de nosotros nunca hemos sufrido nada como el sufrimiento físico y el abuso que Pablo experimentó por la predicación. Fue golpeado, apedreado y perseguido. Pero el amor en su corazón lo mantuvo. "Porque el amor de Cristo nos constriñe," escribió a la iglesia en Corinto (2 Corintios 5:14).

Estoy seguro de que Pablo no disfrutaba estar encadenado en una celda húmeda y oscura bajo tierra. Sin embargo, él consideraba su entorno como una oportunidad para testificar. Cada seis horas un nuevo turno de soldados llegaban a hacer guardia. Es evidente que su testimonio dio fruto ya que Pablo dijo a la iglesia en Filipos acerca de los santos: " Todos los santos os saludan, y especialmente los de la casa de César” (Filipenses 4:22). En lugar de centrarse en sus luchas, concéntrese en su amor por el Señor. Un día vamos a ver Su rostro, y si hemos sido fieles a amar y servir a Dios, vamos a escucharlo decir: "Bien hecho".

Principio de hoy para permanecer Arraigado: Cuando amamos a Dios como debemos, nada en nuestras circunstancias nos impedirá continuar en su servicio.