La grandeza del reino de Dios
El Salmo 72 marca un momento significativo en la historia de Israel: la transición del reinado de David a su hijo Salomón. David, ya cercano al final de su vida, eleva esta oración pidiendo a Dios que bendiga el reinado de Salomón con justicia, rectitud y prosperidad. Sin embargo, al leer este salmo, nos damos cuenta de que la visión de David va más allá de su hijo. No solo está describiendo el gobierno de Salomón, sino que está señalando hacia el gobierno perfecto de Dios mismo, que se cumpliría finalmente en el Mesías. Los reyes de Israel siempre debían ser un reflejo del carácter de Dios—gobernantes terrenales que mostraran la justicia, la misericordia y el poder del Rey celestial. La oración de David es que el liderazgo de Salomón muestre al mundo la grandeza de Dios.
El capítulo pinta el retrato de un reinado verdaderamente extraordinario. Es un gobierno lleno de justicia para los pobres, rescate para los oprimidos y abundancia para la tierra. El rey gobierna “de mar a mar” y su reinado dura “mientras dure el sol y la luna.” Su presencia es como lluvia sobre el pasto cortado, trayendo vida y paz dondequiera que va. Las naciones lo respetan, los pueblos le ofrecen tributo, y él defiende a quienes no pueden defenderse. Este no es el gobierno de un tirano, sino el de un protector compasivo y poderoso, cuyo alcance no tiene límites y cuyo corazón es tierno. Es una visión de liderazgo perfecto, donde el poder se usa no para uno mismo, sino para el bien de todos.
Y lo más asombroso es esto: ese mismo Dios que reina hoy—¡me ama a mí! El Dios cuyo reino se extiende de horizonte a horizonte, que es alabado por reyes y temido por las naciones, me ve a mí y te ve a ti. Conoce nuestros nombres. Levanta al humilde y escucha el clamor del quebrantado. El mismo Rey poderoso que gobierna el universo es también el Pastor que carga a los débiles. En un mundo que muchas veces se siente inestable, el Salmo 72 nos recuerda que pertenecemos a un Dios cuyo poder no tiene límites, cuyo reino es eterno y cuyo amor es profundamente personal. Él es lo suficientemente grande para gobernar el cosmos, y lo suficientemente cercano para cuidar tu corazón.
Video de hoy: https://youtu.be/CvGvgDLipwY
Leer: 2 Crónicas 1; Salmo 72
¿Cómo es la lluvia sobre la hierba cortada? Descríbala.