El plan de Dios requiere cambios

“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Romanos 12:1-2


Es normal en la naturaleza humana resistirse al cambio. Lo vemos en las familias, en las iglesias, en los negocios, en la política; en general, las nuevas ideas tienden a ser recibidas con escepticismo, si no con un rechazo absoluto. Leí acerca de un hombre que dijo que su médico le había dicho que eliminara la carne roja de su dieta y lo que hizo, ¡fue dejar de poner ketchup en sus hamburguesas! No toda la resistencia al cambio es mala, porque no todo cambio es bueno. Dado que la verdad nunca cambia, hay cosas que no deben cambiar. Pero hay algunos cambios que son parte integral del plan de Dios para nuestras vidas.


Cristo no nos salvó para que permanezcamos como estábamos. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). Si nada cambia, si no nos asemejamos cada vez más a Jesús, algo anda mal. El plan de Dios es que seamos transformados a Su imagen. Solo si le permitimos que nos cambie, llegaremos a ser lo que Él quiere que seamos. La falta de cambio en nuestras vidas es la falta de la gracia transformadora.


El problema a menudo surge cuando somos renuentes a hacer un cambio que sabemos que es necesario para una vida santa. Nos apegamos fácilmente a nuestros pecados y queremos retenerlos firmemente. Encontramos que la santidad nos limita y nos impide disfrutar de placeres que no deberíamos disfrutar. En cambio, debemos estar dispuestos de seguir el plan de Dios para cambiarnos y asemejarnos a Él.


Principio del evangelio para ser edificado: Cuando ceda al cambio que Dios quiere hacer en su vida, encontrará que Su voluntad es buena, aceptable y perfecta.


06 de junio - LEER - Job 21-23 - Aunque aveces no podemos ver la mano del Señor en nuestros problemas, ¿qué consejo podemos tener en Job 23:10 ?