Necesitamos Un Salvador


“Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira”.

Romanos 5:6-9


Publicado por primera vez en 1967, el libro de auto-ayuda "Yo estoy bien, Tú estás bien", por el Dr. Thomas A. Harris ha vendido más de quince millones de ejemplares y ha sido traducido a más de una docena de idiomas. No es de extrañar que un mensaje que nos dice que debemos sentirnos bien con nosotros mismos tal y como somos resultaría popular. Por mucho que esa opinión puede apelar a nuestra vanidad, no coincide con lo que Dios dice acerca de nuestra condición.


La imagen bíblica de la condición del hombre es grave. No estamos bien. No sólo eso, sino que no tenemos la fuerza o la capacidad de salvarnos a nosotros mismos o hacernos buenos. Sin embargo, hay esperanza porque Dios nos ama. El juicio que por derecho debe venir a nosotros por nuestros pecados ha sido quitado y reemplazado con el premio por la justicia perfecta de Jesucristo que se ha puesto en nuestra cuenta.


El amor de Dios es lo suficientemente grande como para proporcionar el máximo sacrificio para que pudiéramos ser reconciliados con Él. Al considerar las cosas por las que debemos estar agradecidos, nada está antes que nuestra salvación. Este acto de Dios alteró nuestro destino eterno, nos transformó con una nueva naturaleza, y cambia la forma en que caminamos por este mundo. Nada de esto pasa porque lo merecemos o porque nos lo ganamos. Cuando Cristo murió por nosotros, éramos Sus enemigos, y sin embargo, Su amor superó todos los obstáculos para que pudiéramos ser salvos.


Principio de hoy para permanecer Arraigados: Dé gracias hoy por el amor de Dios que envió a Su Hijo a morir por usted cuando era Su enemigo y le hizo Su hijo.